Lesiones más frecuentes en pádel

Lesiones más frecuentes en pádel
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El pádel, un deporte cada vez más popular, es accesible para personas de todas las edades y niveles de condición física. Sin embargo, esta accesibilidad también conlleva un aumento en la incidencia de lesiones, muchas de ellas relacionadas con la musculatura y las articulaciones. En este artículo, exploraremos las lesiones más comunes en el pádel, los factores que influyen en su aparición y cómo prevenirlas eficazmente para disfrutar de este deporte sin contratiempos.

¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en el pádel?

Actualmente el pádel es un deporte muy desarrollado por multitud de personas por su gran accesibilidad, ya que no es un deporte en el que se precise una técnica muy desarrollada o un estado físico específico para realizarla. Esto genera que muchas personas empiecen a practicar el pádel como deporte cuando necesitan mejorar su estado de forma o empezar en una actividad física. Por esta razón nos encontramos muchos tipos de lesiones que tienen que ver con un estado de forma insuficiente, con el resultado de gran variedad de lesiones generalmente de tipo muscular y articular.

Entre otras, vamos a enumerar las más comunes:

Esguince de tobillo

Se produce por una torcedura de la articulación del tobillo, normalmente en inversión (hacia fuera) que provoca un desgarro mayor o menor de los ligamentos peroneo astragalinos (anterior y posterior) y peroneo calcáneo. Normalmente generado por un mal apoyo o cambio de ritmo brusco que provoca una torcedura desmesurada de la articulación.

Rotura fibrilar

En el pádel se producen muchos y continuos cambios de ritmo en cortos espacios , aceleraciones y frenadas constantes. Esto provoca que las articulaciones tengan que estar constantemente preparadas para contracciones explosivas y excéntricas de los músculos. Una de las áreas que mas sufre este tipo de trabajo muscular son los gemelos, ya que son la musculatura encargada de realizar esas salidas y frenadas, por lo que es necesario una contracción excéntrica brusca y en muchos casos es incompatible con el estado físico de la musculatura. La rotura muscular se siente como una pedrada cuando las fibras musculares se rompen.

Tendinopatía del tendón de Aquiles

El tendon de Aquiles es el tendon de inserción de los músculos gemelo interno y externo y el sólo. Como hemos comentado anteriormente, debido a esfuerzos de gran energía a la hora de realizar arrancadas y frenadas drásticas, este tendón puede sufrir un estrés mecánico importante con la consecuente inflamación del mismo. Este tipo de patologías tendinosas se producen sobretodo por mecanismos repetitivos, cortos y rápidos, que generar posteriormente su inflamación. Es necesario un buen calentamiento previo y mantener buena calidad muscular antes de realizar este tipo de trabajo muscular.

Tendinitis del manguito rotador

También nos encontramos patologías a otros niveles ya que en este deporte realizamos muchos movimientos del miembro superior a través de los golpes con la pala. Una de las estructuras que mas pueden sufrir estas mecánicas son los tendones que conforman el hombro, como es el manguito rotador, un tendón que agrupa tres músculos importantes a la hora de realizar ciertos movimientos de rotación del hombro y de adaptación de la cabeza humeral a la hora de ejecutar ciertos golpes. El mecanismo lesional es parecido al comentado anteriormente. A través de un estrés mecánico constante consistente en el roce del tendón contra una estructura mas sólida como es el hueso, que provoca su irritación y posteriormente su inflamación.

Epicondilitis/epitrocleitis

El codo es otra estructura que, en este tipo de deportes de raqueta, se encuentra en un contracción casi continua, ya que tanto para sujetar la raqueta como para efectuar los golpes es necesario del aparato extenso y flexor del codo. Debido a su uso constante, esta musculatura puede sufrir fácilmente sobrecargas, que mantenidas en el tiempo sin ponerle solución, pueden convertirse en epicondilitis (inflamación del tendón de la musculatura extensora del codo) o epitrocleitis ( inflamación del tendón de la musculatura flexora del codo). Hay que tener mucho cuidado con este tipo de patología, ya que hay una alta probabilidad de que se cronifique y perduren los síntomas en el tiempo, pudiendo agravarse cuando la inflamación llega al periostio óseo.

Fascitis plantar

En ocasiones, si el calzado no es el adecuado tanto a la pista como a nuestro propio pie, podemos desarrollar fascitis plantar, una inflamación en la aponeurosis plantar de nuestro pie. En muchas ocasiones debemos valorar una buena mecánica de nuestro pie y un buen calzado ya que no solo a nivel plantar sino en rodilla, cadera o incluso a nivel lumbar podríamos tener repercusiones.

Lumbalgia

Problemas plantares, sobrepeso, falta de tono lumbo abdominal, y otras muchas condiciones previas derivadas de la falta de forma pueden provocar dolores y molestias a nivel lumbar y lumbar bajo, ya que en los golpeos y desplazamientos, nuestra zona central del cuerpo tiene que realizar rotaciones, flexiones y extensiones que precisan de un mínimo estado de forma para evitar el excesivo sufrimiento a nivel vertebral.

Factores que influyen en las lesione del pádel

El pádel es un deporte muy accesible, con capacidad de ser desarrollado por casi todo el mundo. Esto provoca que muchas personas elijan este deporte para iniciarse en la práctica de la actividad física. Esto deriva en personas a partir de 40 o 50 años empiecen a jugar al pádel sin haber tenido una vida deportiva muy desarrollada en el pasado. Por lo tanto la edad es un factor importante. Es importante a la hora de iniciar cualquier deporte estudiar el cuerpo y el estado físico de cada uno y tener claro dónde pueden estar los limites en realizar determinados esfuerzos, ya que el cansancio, fatiga y sobrecarga son uno de los factores que van a determinar todo tipo de lesiones mencionadas anteriormente.

Cómo prevenir las lesiones en el pádel

Para evitar en la medida de lo posible todas las lesiones comentadas anteriormente, es imprescindible mantener un buen estado físico previo a la realización de este deporte. Esto significa haber trabajado en el plano muscular (fuerza, resistencia y elasticidad) y en el plano aeróbico. Así, compaginar la practica de este deporte, con trabajo fuera que aumente nuestras capacidades físicas.

Realizar un buen trabajo de calentamiento previo al desarrollo deportivo, trabajando bien las articulaciones implicadas como rodillas, tobillos, hombros o codos entre otros. También, es importante desarrollar una serie de estiramientos posteriores a esta práctica deportiva con el fin de distender nuestras articulación y descargar la musculatura. Así evitaremos la rigidez articular o exceso de tensión muscular.

Es importante recalcar la visita al fisioterapeuta para aliviar las sobrecargas musculares y así mantener un buen estado de la musculatura. A través del fisioterapeuta también podemos tener

mas precisión y consejo de cómo afrontar esta practica deportiva y cómo mejorar en ciertos aspectos técnicos para evitar determinado tipo de lesiones.


Por último, descansar. Tan importante es el trabajo, como el descanso. Dar tiempo a nuestro cuerpo que se regenere, que se recupere de los esfuerzos para poder continuar con el menor riesgo de lesión posible.

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